Como un entramado de cables aparentemente caóticos, los lazos del planeta, y más concretamente los lazos de la humanidad se tejen invisibles; las formas de comunicación verbales, mentales, gestuales, sexuales, y lo más actual, internáuticas, se pueden conectar con cualquier punto del planeta.Existen también comunicaciones por ondas electromagnéticas, microondas que nos vuelven locos y teléfono-adictos; un mundo irreal en el mundo real, una expansión de conocimientos infinita, que si no se depura puede ser una amalgama de datos sin sentido.
Como todos los aparatos eléctricos tienen un cable a tierra; en esta imagen tenemos la posibilidad teórica de hablar con Dios con un cable hacia él. ¿Quieres hablar con Dios?
...Y no pienses que no tienes nada que decirle. Quizá no esté tan lejos. Recuerda, la sensación de cercanía en este mundo globalizado es engañosa. Quizá no esté tan lejos. Recuerda, la falsa ilusión del encanto de la tecnología aplicada al capitalismo, no sirve para otra cosa que para hacernos infelices.
¿Quieres hablar con él? ¿Qué quieres decirle? No tienes 59 segundos, tienes toda la eternidad y oportunidad de réplica; pero si sólo te escuchas a ti mismo, es muy posible que sólo oigas el eco de tu voz.
