Es el típico tocón de árbol milenario que yace seco en medio de la plaza principal, o yace cerca de un templo religioso, o yace lejos de la gran ciudad, o yace cerca de un cementerio, o simplemente está fenecido hace mucho tiempo gracias al olvido de mucha gente. Lo que es innegable, es que sólo el que tenga ojos y sensibilidad, sabe ver que todavía hay vida tras esa corteza reseca.
Adoro estos árboles, nos dan la vida que ellos han dejado.
VÍDEO: Stereolab - Metronomic Underground
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