Hoy se me ha ocurrido escribir sobre ese impulso irrefrenable que de vez en cuando a uno de nosotros, nos da por hacer algo. En este caso, a mí me ha dado por escribir, inspirado por el tiempo primaveral extraño que está despidiendo la estación equinoccial, para darnos paso, supongo, a ese verano post-erupción volcánica de ese botón pulsante del Norte en Islandia.
Pues bien, esa sensación de estar mirando por la ventana y ver que estaba lloviendo, y de aquella manera, me ha impulsado a ponerme un disco de Nick Garrie, que me ha llevado otra vez a mirar por la ventana y preguntarme muchas cosas, respirar profundamente y pensar de nuevo; sobre todo y sobre nada, olvidando la situación económica y la situación mundial.
Y es que cuando vienen estas borrascas y cambia la presión atmosférica, estas cosas pasan; nuestras meninges, nuestro cerebro, y en general todos los músculos de nuestro cuerpo se estremecen, y al fin, se relajan por un rato, y llueve…
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