Hacía tiempo me había dado cuenta de que las cosas que miraba tenían un significado. Ahora se lo estoy buscando. Y consciente o inconscientemente intento buscar el sentido de los dibujos de luz en un sensor.
Es tiempo de recogimiento y es tiempo para ayunos religiosos. Cuando lo bueno y lo malo es una frontera difusa, la única alimentación existente en mí, es la espiritual, y ésta es mi manera de mirar al cielo, y siempre saco mis propias conclusiones: y no son palabras, son sensaciones, luces entre nubes, gotas de rocío en la hierba por la mañana, una leve canción en la radio en una cafetería con pincho y café a 2 €, y el suave murmullo de la gente que va a trabajar; porque el que no hace nada para cambiar su destino y el de los demás, no es nadie. Moraleja: es fácil destruir, pero no es fácil crear.