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miércoles, 21 de octubre de 2009

2001 ODISEA EN MI LAVADORA

Puedo prometer y prometo, que prometo que prometeré, para prometer que prometeré algo que posiblemente no podré prometer... No, esto no vende. Busque, compare, y si encuentra algo mejor cómpreme. No, tampoco, son frases manidas y muy mascadas.

Sólo puedo deciros que me seguiré asomando a esa ventana imposible que puede ser cualquier espejo de cristal, metales pesados galvanizados o dos ojos bien abiertos y dispuestos a ver. Sí, a ver y a mirar. Bienvenidos a mi lavadora que todo lo lava y centrifuga.

La criba de ideas está servida.

martes, 13 de octubre de 2009

DOCTOR, PADEZCO DE CLASICISMO INCURABLE...

Mientras paseo por la calle, siempre voy con una convicción. Una extraña mirada que hace que a veces tenga esa mirada de loco apasionado, distraido, pero a la vez dándose cuenta de todo lo que pasa a su alrededor. Hago cribas de aire, escruto paisajes largos a través de agujeros de tiempo que sólo aquellos arquitectos de lo perfecto conocían y hoy siguen conociendo algunos que guardan su sabiduría lejos de mediocridad.

La amargura del que se siente solo pero satisfecho de lo que hace, el saber encerrado dentro de un frasco de esencia de perfume del más refinado de Francia, el whisky más impregnado de salitre de Escocia, la cerveza con la alquimia exacta, el ozono puro, las golondrinas que surcan el aire de los primeros días de abril, la suave brisa de un día de junio, la invocación de los seres prohibidos en San Juan, la verdad guardada en un libro en las cenizas de Alejandría.

Una ascensión a los dioses que existen gracias al saber. La sabiduría es la más poderosa de las deidades, esa aspiración eterna que tiene el hombre libre. Enseñar lo más sagrado, callarse lo más valioso para que no se pierda y pasárselo a los aprendices gota a gota, grano a grano, para construir el diamante, lo más duro e incorruptible, que combinado con la luz sea el más grande tributo a esa clase, innata de lo bello.