Una terrible historia dicen que se esconde en los agujeros de la roca. Una historia llena de tormentas, vientos y furia. El martillo de un gran personaje lleno de rabia esculpió los altas paredes de la costa cántabra. El tortuoso terreno clama su víctima, el vigilante de la torre espera su turno y escucha el mensaje del hombre del tiempo que dice que esta noche habrá tempestad en el Cantábrico, un gran barco chocará con las afiladas rocas y estallará en mil pedazos; el entrante de mar a modo de pequeña cala se encargará de llevar a buen recaudo los preciosos restos de los incautos que han osado retar al supremo amo de estas costas, y el que ose adentrarse en estas aguas y profanar los tesoros milenarios tendrá su premio en forma de aliento salado y helado.
Dios salve a los astros, dios salve a los marineros y dios salve a los gigantes que habitan las profundidades terrestres. En las cuevas está la verdad.
Dios salve a los astros, dios salve a los marineros y dios salve a los gigantes que habitan las profundidades terrestres. En las cuevas está la verdad.
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