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viernes, 5 de septiembre de 2008

CIELO TURBADOR - HEAVEN OR HELL

Desde que era niño, me encanta mirar las nubes y nunca me cansaré de mirarlas. Siempre están ahí, y nos ofrecen cada día visiones mágicas. Unas veces apacibles, otras aterradoras, pero la mayoría de las veces asombrosas.

Espero que nadie quiera entrar por ahí antes de tiempo. Hoy en Bilbao día hay viento sur. Estos días nos vuelven locos a los bilbainos en el mal sentido. Estamos intranquilos.

Siempre llevo conmigo la cámara y la música encima. Me dan ideas sobre cómo ver la vida. Y todos los días intento que sean diferentes.

Escucho una maravilla que os recomiendo y va como tributo a una tienda de discos que cerró por la bajada compulsiva de música de internet. El dueño de la tienda te ponía los discos mientras conversabas una tarde con él, y descubrías nueva música siempre que ibas. No tenías porque comprarle nada por obligación. Pero hoy, que escucho a Steve Forbert, me quedo con dos canciones maravillosas: EVERYBODY NEEDS A REAL GOOD FRIEND y SMOKY WINDOWS. Vaya como tributo a Josu de la tienda de Oxford. Siempre que escucho este disco me acuerdo de él.

Intentad reír lo máximo posible y sed felices.

5 comentarios:

Oscar dijo...

Hola ROBER, gracias por tu visita y comentario, te seguiré en esta aventura blogera.

Saludos

Oscar

fotosbrujas dijo...

Pfff que dificil es reir , hoy q terminan las vacaiones.....
ains
pero bueno se intentará
saludos brujos

Con Un Par de Sensores dijo...

Qué fotaza!! Es genial... un ono sabría si es la salvación o justo ese vacío al que se precipitan los desalmados, del que te hablo en tu anterior post ;-)

Besos!

matrioska_verde dijo...

Desde que era niña, me encanta mirar las nubes y buscar figuras en ellas. Imaginarme todo un ejército, o toda una pandilla de animales… Siempre me pareció de lo más divertido montarme mis propias películas con ellas. Bicos

EL DOCTOR BARRETT dijo...

Ayer llegué de Extremadura, después de una semana que se me ha hecho cortísima. Llegué ayer poco a poco por carretera y aproximándome a mis tierras vascongadas, siempre cubiertas por niebla y nubes.

En ese momento supe que había vuelto a mi lúgubre hogar. Hay veces que lo quiero y otras que lo odio. Pero creo que es como cuando comes una naranja agridulce, y a la vez pones cara de rechazo y también te gusta.

Sonia: esto en mi ciudad es muy habitual, sólo hay que esperar el momento. Y cuando ocurre es mágico. Las nubes son mágicas.

Aldabra: ya veo que has comprendido...