Vistas de página en total

sábado, 28 de febrero de 2009

DIFUMINADO

Y es que cada vez se cierra más la perspectiva. Como la vida misma, la fotografía se vuelve fiel seguidora de las filias del dueño de la cámara. Si el fotógrafo se empecina en hacer dichos encuadres, la imagen se vuelve más atormentada, y refleja muy bien los claros y luces de la humanidad recogida en una persona. Esa persona se mira largo y tendido al espejo y hace sonar sus nudillos antes de sacar lo mejor de sí mismo a las 5 de la mañana en el portal de su casa.

No hay comentarios: