EL HOMBRE QUE ESPERA EN LA ESQUINA

El universo nos espera, pero nosotros no esperamos nada de él. Sosteniendo una columna con nuestra columna, fumamos ansiosamente cada bocanada de tabaco, queriendo llenar nuestros pulmones con algo de sustancia invisible e inerte, así, una y otra vez, hasta que nos vayamos a la deriva en alguna de esas noches. Nuestra trayectoria no es circular, sino elíptica, recogiendo cada pedazo de vida ajena, para construir una historia nueva en cada sueño.

Cada brizna de hierba, cada pedazo orgánico, cada metro cúbico de agua, cada estrella fugaz, cada ángel caído y cada puñado de tierra seca desmenuzada en medio de un campo levantada por un topillo son importantes para hacernos un universo mental. En realidad, el universo es sólo eso: una percepción, podría ser una ilusión o mismamente nuestras vidas podrían serlo también.