Hoy me han invitado a formar parte de un interesante grupo de fotografías de la zona industrial bilbaína de Zorrozaurre. Una zona de la capital apartada aparentemente del centro urbano, accesible, pero tan lejana... Es uno de tantos sitios, marcados por el agua; marcados por el aire contaminado todavía en días ventosos.
Aún así, añoro aquellos días de viejas luchas obreras y libertad verdadera. Hoy día sólo queda de toda esa lucha, nuestras ocho horas diarias, trabajando como animales e intentando no mirar con temor esa nube que se nos acerca, y deseando de una vez por todas que esa nube descargue bien y de una vez para que todo se vaya por la alcantarilla o por el retrete de un viejo bar de carretera.
Todo ese humo contaminado se quedó dentro de nuestros pulmones y algún día tendremos que sacarlo para construir algo más fuerte que esto. Las vigas están obsoletas y el ladrillo se resquebraja, el cemento sin utilizar se marcha a una esquina de la calle y se apelmaza. Hace mucho que no sentimos ese sirimiri calarnos hasta los huesos, y hace mucho que no vemos musgo por la calle. Hace mucho que no vivimos el momento de verdad y hace mucho que no sufrimos de verdad.
Y hace tanto que no llueve de verdad...
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